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Foto del escritorJack Goldstein

Emergiendo, sumergiéndose y volviendo a emerger (Parte 2)

Actualizado: 27 jun 2021



Por David Behar

En julio de 2013, Shavei Israel nos da la gran noticia que contrataron al Rabino Marcelo Simón Yechua, para encargarse de la educación y organización de las nuevas comunidades. En septiembre 13 llegan a Colombia el Rabino Marcelo y su esposa Emilia Duca y las ilusiones prosperan.


Este correo de un comunitario deja traslucir los sentimientos del momento:


“Los seres humanos necesitamos motivaciones para avanzar. No nos movemos porque si, sino en la consecución de algo.

Para el caso de las comunidades ACIC y sus familias que la conforman, hay toda una serie, casi infinita diría yo, de información en la red y a un costo muy bajo o mínimo sobre cualquier tema incluido sobre judaísmo. Si miramos con objetividad, la mayoría hemos aprendido por internet una gran cantidad de conceptos sobre judaísmo y religión judía de manos de rabanim ortodoxos. La tarea es que todo ese aprendizaje requiere ser ordenado, fijado conceptualmente y llevado a la práctica de forma adecuada.

Pero ¿para qué?

Ahí es donde se requiere y está la motivación. Y es ahí donde aparece el espíritu que nos llevó a definir la visión de futuro de la ACIC.

He expresado que además de los sentidos físicos (visión, oído, olfato, gusto, tacto) los seres humanos tenemos una especie de "sentidos espirituales" equivalentes, V.Gr. el sentido de ser, de pertenecer, de crecer, dar, y de significado.

Pues bien, el candidato a converso quiere "ser" judío, quiere "pertenecer" al pueblo de Israel, quiere "crecer" espiritualmente dentro de él, quiere "dar" de si en su nueva condición de judío y quiere que su nueva vida tenga "significado" porque la que tenía era vacía.

Por eso buscamos una conversión. Y es tan grande nuestro anhelo, y tan pocas o nulas las oportunidades que brinda el mundo judío, que recurrimos a la primera opción con el primer Rabino que aparezca en nuestro horizonte, aún a sabiendas que esa opción es incompleta.

Y entonces vienen las decepciones.

Hoy en día, esta es la realidad de nuestra situación en las comunidades miembros de ACIC.

Nuestro regocijo con la afortunada aparición del Rabino Eliyahu Birnbaum, Michael Freund y Shavei Israel es porque lo vemos como nuestra oportunidad de que "se complete" nuestro ciclo de ingreso al universo judío. Y esa es una motivación. Rab Birnbaum lo explicaba; las conversiones que la mayoría tienen, nos hacen aceptables ante D-os, pero falta ante el pueblo, ante la Rabanut, y aún, ante el Estado de Israel.”


Y así empezamos un año lleno de dificultades.


Las nuevas comunidades sobrevivían con muy escasos medios y pedirles recursos para sostener al Rab Shimon con su esposa fue una tarea muy complicada. Sin el concurso de Jack y Frida en sus hoteles, creo que no lo hubiésemos logrado.


La idea era que el Rabino permaneciese un mes en cada comunidad. Para estas tener un Rabino en sus Sinagogas era casi surrealista. Así, el rabino conoció los miembros de cada comunidad, sus virtudes y sus carencias, los apoyó y preparó en su vida diaria como judíos para ser competentes al momento de presentarse ante el Beit Din, aportado por Shavei Israel. La premisa principal era que no se cobraría por las conversiones, solo los gastos técnicos.


Siempre en la asociación consideramos que querer pertenecer a nuestra religión conlleva una serie de sacrificios económicos como mantener una alimentación Kosher y conseguir material litúrgico. En ese momento nos preocupaba el tema de obtener un Beit Din competente que abriese las puertas de la Sojnut.


Para marzo del 2014 ya veíamos una luz en el camino y la ilusión de empezar a abrir carpetas con los proponentes. A pesar de las dificultades empezamos a vivir una época fascinante, las nuevas comunidades empezaban a confiar en la nueva interlocución y con enormes esfuerzos empezamos a compartir de varias Hajnasat Sefer Torah en diferentes comunidades como las de Barranquilla, Cartagena, Cali, etc. En Medellín, Cali y Bogotá ya se planteaba la posibilidad de construir Mikves.


En agosto, gracias sobre todo a la colaboración del Dr. Roberto Cudriz entregamos a ACIC los estatutos que la regirían. En esta época se fractura la comunidad de Cartagena por diferencias irreconciliables en cuanto a los estatutos se refiere. En lo personal fue uno de los eventos más dolorosos del cual poco comenté. La consecuencia final fue la separación en dos comunidades.-


Para el 14 de julio de 2013, Shavei Israel nos informa que van a traer a Colombia un Beit Din para realizar las primeras conversiones. Era una enorme noticia, 40 de nuestros correligionarios cumplirían con su sueño. Era una cifra pequeña pero teníamos que arrancar. El Beit Din estaba encabezado por el Rabino Abraham Palti de México y como anécdota, dos días antes de su llegada se nos informó que, por problemas de salud, no podría venir.


Imagínense el desasosiego al ya tener todo preparado y los proponentes en Bogotá después de haber viajado desde diferentes ciudades del país. Si el stress se mide de 1 a 10 estábamos con uno de 20, la solución fue que un médico estuviese a su disposición 24 horas al día y presencialmente un enfermero. Betzalel Zawadi (uno de los principales jazanes de las nuevas comunidades) enfermero de profesión, nos salvó en esa ocasión, brindándose a permanecer con el Rabino.


Quienes no han participado de una conversión debo decirles que es una de las ceremonias más emotivas que puedan conocer, aún más en familias que llevaban cerca de 10 años y más tratando de obtenerla. Posteriormente, se celebrarían los matrimonios.


Del 8 al 10 de agosto de 2014 realizamos el segundo shabathon-seminario-conversiones-asamblea con igual éxito. Eran tantas las personas que deseaban participar en ambos shabatones que tuvimos que limitar el número de participantes. En los dos desfilaron ministros de Israel, embajadores, rabinos, representantes de la Sojnut, representantes de la confederación y dignatarios en general. Fueron eventos serios y emotivos. Solo deseo resaltar la cara de incredulidad del Señor Jack Corcos (representante de la Sojnut) al observar los niveles de conocimiento litúrgico y cultural de los colombianos. Y las caras de satisfacción del Rab Birnbaum y de Michael Freund (fundador de Shavei Israel).


En la asamblea las diferencias políticas y de concepto acerca de las conversiones crearon serias tensiones. Más adelante hubo otras conversiones y en total hemos contabilizado en todo el proceso histórico colombiano cerca de 400 aliot.

Posteriormente, desde 2018 la situación con las conversiones se complicó en extremo. Por decisión del Ministerio del Interior israelí, se impulsó un proyecto para que las conversiones de grupos realizadas en las comunidades judías emergentes no fueran reconocidas por Israel. De esta manera, aquellos convertidos que desearan emigrar no podrían hacerlo. Este proyecto no avanzó completamente, pero es un hecho que las aliot se paralizaron, salvo algunos casos puntuales. Esto tiene que ver con el monopolio de las comunidades reconocidas en el mundo. Además, los ultraortodoxos no aceptan las conversiones que no tuvieran el sello de la Rabanut.

Ampliando el tema, para mí es una incongruencia muy molesta el hecho que miembros de las comunidades emergentes vayan a los Estados Unidos en busca de la más kosher de las conversiones y lleguen a Colombia y la Sojnut les diga que solo si pertenecen a comunidades reconocidas en los mismos Estados Unidos podrían emigrar a nuestro estado. Con el aval de una nueva comunidad Colombiana no. Desde todo punto de vista considero injusto que un país como Colombia no pueda disponer, tan siquiera de un cupo de 50 interesados al año. Sobre todo cuando Shavei se preocuparía de lograr ante la Rabanut la culminación del proceso.


Y surge la pregunta, ¿nuestros connacionales han sido buenos inmigrantes? Y la respuesta es un rotundo ¡sí! dicho por todas las fuentes.

En septiembre de 2014, tratamos de impulsar los comités juveniles, iniciativa que se encargaría de trabajar el entonces vicepresidente de la asociación Rafael Talmi.


“La Junta Directiva de la ACIC ha tomado como prioridad el tema de la Educación en nuestro propósito de desarrollar nuestra Visión de Futuro, definida en nuestros estatutos como "Consolidar las comunidades judías de Colombia con un judaísmo serio, haciéndolas autosustentables a lo largo del tiempo".

Con toda atención, la Junta Directiva de la ACIC presidida por el Dr David Behar y en el mío propio, hacemos la invitación formal para formar parte del Comité Estudiantil de la Asociación, en donde podamos identificar, planear y desarrollar programas educativos por diferentes medios, tales como cursos presenciales, o por internet, skype, etc., en temas de judaísmo y desarrollo comunitario.

Por el momento, todas las personas vinculadas a la ACIC hacemos trabajo honorario.

Hay infinidad de temas a desarrollar entre los que le podría mencionar:

· Ulpan ivrit, kashrut, preparación de jazanim sfardim y azkenazim, según el caso, ulpan guiur

· Cursos adecuados para niños

· Funcionamiento de Comunidades Judías

· Hasbará

· Parashá de la semana

· Halajá

· Toráh

· Talmud

· Midrashim

· Charlas para damas, matrimonios, jóvenes, etc.

Preparación en Ieshivot en Israel y en general en el exterior de:

· Rabanim

· Morim

· Shojet

· Mohel

Y además de los mencionados, enfocarnos en las necesidades que encontremos en las comunidades y priorizarlas.”

Hacia diciembre del 2014 viajé a Miami, con el consejo previo del Rab. Goldschmidt y de Jack, para tratar de conseguir una donación que ayudase a mantener al Rabino Shimon. Gestión afortunadamente positiva, que en cierta medida, fue y es la principal entrada de la asociación.

En el mismo diciembre presenté mi renuncia como presidente de la asociación y fui reemplazado por el Señor Rafael Talmi.

A partir de la fecha en que el Sr. Talmi, quien coincidía enteramente con la filosofía de la asociación, entregó igualmente la presidencia, poco a poco, tanto a Jack como a mí nos fueron alejando de la misma, a pesar de nuestros deseos de seguir ayudando.


Pero es un hecho que en esa época y actualmente, la mayoría de las personas con inherencia en el tema opinaron que las comunidades independientemente funcionaban mejor. Pero yo lo vi como un intento de debilitar y desprogramar lo logrado. Fue como plantear que, sin la Confederación, las Comunidades tradicionales funcionarían mejor. Estoy seguro de que nunca las nuevas comunidades se sintieron tan respaldadas como en el periodo relatado.


La principal premisa de la ACIC era que aunque la historia de alguna comunidad fuera reciente y de pocos miembros tendrían las mismas consideraciones de las comunidades más robustas y añejas. La democracia sería un sello. En esencia, la Asociación no era considerada como una oficina de emigración, sino una entidad que se encargaría de ayudar a las nuevas comunidades a sobrevivir independientemente.


En tiempo presente, contrario a lo que la mayoría piensa, el grueso de estas nuevas comunidades desea practicar su judaísmo en Colombia y solo solicitan que se les brinde la oportunidad de ser reconocidos como correligionarios y poder ser partícipes de un Minian. Al desconocerlos, no estamos vetando a los miembros de estas comunidades sino al rabino que los convirtió.

Es cierto que cada comunidad tiene todo el derecho de tomar las decisiones que se ajusten a su filosofía y son independientes en ello pero ¿perdemos algo si en reuniones que involucran a todas las comunidades tradicionales se invitan a las nuevas comunidades? (En contadas ocasiones se ha hecho) y ¿perdemos mucho si en unas macabiadas se invita a un club conformado por jóvenes de estas comunidades? ¿Serían posibles unos pocos cupos en el BirthRight?

Para los que no lo saben a través de los últimos años miembros de las nuevas comunidades han ayudado a solucionar impasses que involucran a extranjeros y connacionales. Cuando se me ha requerido para ayudar en diversas situaciones, ellos me han apoyado con la mejor de las disposiciones.


En Cartagena, en nuestra Sinagoga Lubavitch, hay miembros de las nuevas comunidades quienes han completado el minian en innumerables situaciones. (Leer en el blog el artículo sobre la familia Maldonado).


En esos años varias comunidades mexicanas solicitaron la ayuda para empezar a organizar sus kehilot. Por ello, decidimos junto con otros dos comunitarios y el Rabino Shimon visitarlos, pero un rabino me solicitó que no me involucrara ya que la ortodoxia mexicana podría reaccionar negativamente viendo que colombianos se inmiscuyen en asuntos que no comparten. Por ello desistí y en cambio me dediqué a escribir la “Guía para las Nuevas Comunidades” que creí que sería un buen punto de partida para estas o cualquier comunidad en ciernes. (Este artículo está consignado en el blog de Shavei Israel y Shavei Israel Colombia. (Facebook).

¿Qué tan importante sería que las nuevas comunidades encontrasen un status en nuestro entorno? Hace cerca de cuarenta años años, en una reunión casual con el que era el Embajador de México en Israel, quien paseaba por Cartagena le preguntamos: “Sr Embajador, en su opinión, ¿cuál es el mayor peligro para nuestro estado? Su respuesta fue “la asimilación”.


¿Cuánto hemos crecido después de la segunda guerra? Explayarme en un tema tan debatido no es mi interés, pero considero que debe empezar a crearse una nueva conciencia universal sobre el necesario crecimiento de nuevas comunidades y el apoyo a estas en sus lugares de origen. Yo prefiero pensar que cada judío que hay en el mundo es un pedazo de Israel. Y que cada uno de estos sienta una responsabilidad hacia el estado, no necesariamente viviendo en él..


¿De los ocho millones de judíos en la diáspora, cuantos practican fervientemente nuestra forma de vida, cuantos medianamente y a cuantos le importa muy poco ser parte de? De los ocho millones, ¿cuántos han sido conversos por presión o amor a sus parejas? la mayoría han demostrado encajar perfectamente en nuestro estilo de vida, entonces porqué descalificar a las nuevas comunidades cuando toman una decisión, donde aman y respiran por nuestra Torah?

Algo que visualicé en Colombia es que cada comunidad o grupúsculos familiares y de amigos en las más diversas poblaciones del país le darían a Israel un área de influencia envidiable, inclusive, mitigando otras nocivas para el estado. ¿Cómo les parecería que un agrónomo israelí estuviese en Montería en obras de trabajos conjuntos entre países y se encuentre con una comunidad dispuesta a ayudarlo y ver por él?

Volviendo a nuestras nuevas comunidades, llevo nueve años compartiendo con ellos. En la inmensa mayoría he observado hermosas relaciones intrafamiliares producto, en primera instancia, de la inherencia del cristianismo evangélico que es muy proclive a sanas costumbres y por la educación ortodoxa de nuestros rabinos. Sobre la dirigencia de las nuevas comunidades tengo grandes reservas. Mientras en ellas no prevalezca el liderazgo de sus juntas directivas, sino de sus líderes religiosos veo grandes complicaciones. Aprendan del modus operandi de las comunidades tradicionales.


¡Aman a Israel!, si ven el facebook y chats de la mayoría observarán el irrestricto seguimiento día a día de las noticias, son felices aportando rezos y conversaciones, compartiéndolas y discutiendo sobre ellas. En conjunto, son culturalmente muy preparados y en sus sinagogas el respeto va desde los infantes a sus mayores. Hay que entender que disfrutan de lo que hacen. Cada vez que en Israel hay un problema mayor, son miles de correos diarios de respaldo. Les prometo que el día que haya un evento negativo de envergadura en las comunidades tradicionales podrán contar irrestrictamente con sus miembros.


Un día, un amigo me preguntó si en las nuevas comunidades, temas como el humor judío podría ser asimilado. Y mi respuesta fue que, con contacto, sí, pero sin él sería muy difícil. Si las nuevas comunidades permanecen aisladas ¿cómo le hacemos? Les aseguro que los que han compartido conmigo en los últimos años lo poseen y escucharan en su jerga el barminnam, el yurzait, los barenickes, el borsht, las borrecas, el Oy vey, etc.

En los últimos nueve años he conversado con docenas de comunitarios de las comunidades tradicionales, y su concepto en general habla de un posible acercamiento con las nuevas comunidades, sobre todo en familias con conversos, pero que sus decisiones están amarradas a los dictámenes de sus directivas. ¿Podría debatirse el tema fuera de las reuniones de Junta Directiva?


Hay que aclarar que las nuevas comunidades han sobrevivido arduamente, pero que no se piense que serán un costo agregado para las comunidades tradicionales.


No permitamos más historias como la de los Maldonado, debe molestarnos que un adulto, por libre albedrío necesite quince años, cinco conversiones e ingentes sumas de dinero para lograr el sueño de pertenecer a nuestra tribu y reabramos un poquito la puerta de nuestro estado a los inmigrantes colombianos. A las nuevas comunidades que evalúen si sus liderazgos son correctos y si la asociación por la que tantos luchamos merece desaparecer.




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