Judensau. La marrana judía
Actualizado: 23 jul 2021
De las evidencias más exquisitamente repulsivas del antisemitismo cristiano están los Judensau, representaciones caricaturescas y aberrantes de judíos mamando de la teta de una marrana, copulando con ella, comiendo de sus excrementos, introduciéndole un brazo por el ano, y a menudo, mientras se nos representa estudiando el Talmud.
Con la intención de mofarse del judaísmo y evitar el asentamiento de judíos en esas ciudades, estas “obras artísticas” fueron parte destacada de los altares, fachadas y púlpitos de numerosas iglesias y catedrales, principalmente en Alemania, pero también en lugares como Colmar y Strasburgo (Francia), Basilea (Suiza), y Uppsala (Suecia). A hoy, son unas veinte iglesias las que aún exhiben el Judensau, de las que las más significativas son las de Regensburg y Wittenberg. Esta última iglesia es desde donde predicara Martín Lutero su Reforma y se convirtiera en uno de los más envenenados antisemitas de la historia.
De las evidencias más exquisitamente repulsivas del antisemitismo cristiano están los Judensau, representaciones caricaturescas y aberrantes de judíos mamando de la teta de una marrana, copulando con ella, comiendo de sus excrementos, introduciéndole un brazo por el ano, y a menudo, mientras se nos representa estudiando el Talmud
De las evidencias más exquisitamente repulsivas del antisemitismo cristiano están los Judensau, representaciones caricaturescas y aberrantes de judíos mamando de la teta de una marrana, copulando con ella, comiendo de sus excrementos, introduciéndole un brazo por el ano, y a menudo, mientras se nos representa estudiando el Talmud.
Junto con las historias y representaciones de Crímenes Rituales, los Judensau nutrieron el espíritu antisemita desde el siglo XIII y hasta la Alemania Nazi. La primera talla en madera de judíos mamando de una marrana data de 1210 y se encuentra en la catedral de Colonia. Para 1230 hizo su aparición como talla en piedra dentro de un claustro en Brandenburgo, y su difusión se hizo masiva con la aparición de la imprenta.
La escultura en Wittenberg, que data de 1305, es conocida por la mención al nombre de Dios, Shem Hamphoras, que se destaca en la fachada de la iglesia, encima de la marrana. El espíritu de ese Judensau quedó evidenciado en el tristemente célebre texto de Lutero “De los judíos y sus mentiras”. Es ahí, en el capítulo que tuvo a bien bautizar “von Shem Hamephoras” donde invita a las masas a destruir sinagogas, quemar libros y expulsar judíos, inspirando así a la Shoa.
Hoy en día hay una placa explicativa y conmemorativa a los millones de víctimas del antisemitismo que el Judensau inspiró. Pero el Judensau sigué ahí, en palco de primera, a pesar de algunas mociones en change.org para retirarlo, y a pesar de la humilde marcha semanal de unas monjas que piden su traslado a un museo; los habitantes de Wittenberg prefieren dejarlo ahí como parte de la historia del pueblo. En este año, que se celebran 500 de la reforma luterana, el Judensau sigue presente como testimonio latente del milenario antisemitismo cristiano que aún lucha por terminar de pasar esa página vergonzosa de su historia.
Justo previo a los 500 años de la reforma, tuve la oportunidad de visitar estos pueblos y ver con mis ojos al judensau de Wittenberg. En esos momentos se estaba realizando una campaña a través del portal de Change.org solicitando el traslado del Judensau de Wittenberg a un lugar más apropiado. Quienes quieran participar de esta campaña, los invito a ingresar en el siguiente enlace para firmar la petición y postear en sus páginas de facebook. En su momento, la alcaldía del pueblo revisó el caso y concluyó que no había motivos para quitar a la marrana judía y ubicarla en algún museo. Consideró que no se había comprobado el valor antisemita de esa pieza.
P.D. meses después de programar la publicación de esta nota, me encontré con la triste noticia que les comparto acá. La novela de otro pueblo en Alemania, que valientemente decidió retirar su Judensau de la iglesia, pero luego los "avanzados" ilustrados del pueblo decidieron que no se debía ir en contra de la historia y cultura de sus habitantes. Resultado: volvieron a ubicar el Judensau en la fachada de su iglesia, pero "amablemente" optaron por cubrirla con un manto para no ser tan ofensivos. Una cosa es esculpirla, otra es no querar retirar, pero se necesita ser redobladamente perverso, para reinstaurarla en honor de a la cultura antisemita.
Diciembre de 2020, un comité de sabios en Alemania decide que no es conveniente retirar esas imágenes. Sugieren mejor ambientarlas con explicaciones didácticas. ¡Si solo yo pudiera redactar esas explicaciones!
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