Tensiones Geopolíticas al Límite: Golpe en Níger
Por Omar Bula
Hoy partimos hacia África, pero no para hacer un safari ni aprender swahili. Nuestra breve visita al continente tiene el propósito de ilustrar una de las manifestaciones más claras de la desintegración gradual del orden geopolítico existente.
El 26 de julio, se produjo un golpe militar en Níger, una antigua colonia francesa ubicada en la región semidesértica del Sahel, una de las zonas más pobres del mundo (ver mapa).
La guardia presidencial bloqueó el palacio del presidente Mohamed Bazoum, un firme aliado de Francia y Occidente. Dos días después, el general Abdourahmane Tiani, se autoproclamó líder del país.
Níger ha sido un aliado clave de Occidente en la lucha contra la insurgencia islamista y el control de la inmigración ilegal hacia Europa.
Estados Unidos mantiene una base aérea en el país y Francia, que ha establecido grandes bases militares permanentes en muchas de sus antiguas colonias, tiene aproximadamente 1.500 soldados desplegados en la región.
Por otro lado, más del 50% del uranio extraído de Níger, que según la OCDE es el séptimo productor mundial de uranio, se utiliza para alimentar las centrales nucleares francesas, las cuales suministran el 70% de la electricidad del país europeo.
La comunidad internacional no tardó en reaccionar al golpe. Estados Unidos, la ONU, la UE y otros países lo condenaron, mientras que Francia declaró que no toleraría ningún ataque contra sus intereses.
Por su parte, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) anunció duras sanciones contra los líderes del golpe e incluso amenazó con utilizar la fuerza.
Sin embargo, África Occidental ya no es la misma de antes. Tres países vecinos, Malí, Burkina Faso y Guinea, cuyos gobiernos también fueron recientemente derrocados por los militares, apoyaron a los golpistas y advirtieron contra cualquier intervención militar extranjera.
¿Qué hay detrás de todo este enredo?
En primer lugar, una intensificación de un sentimiento anti francés que ha ido madurando con el tiempo debido principalmente a la controvertida historia colonial y de explotación de Francia en la región.
En Níger, al igual que en los países vecinos, se quemaron banderas francesas y miles de personas marcharon por las calles gritando consignas anti francesas y pro rusas, como "¡Abajo Francia!" y ¡Viva Putin!".
Este sentimiento anti-neocolonial se resume bien en un mensaje del joven líder militar de Burkina Faso, Ibrahim Traore, que se volvió viral en todo el continente: “¿Por qué África, rica en recursos, sigue siendo la región más pobre del mundo?”
En segundo lugar, la creciente percepción de la incapacidad de Francia y Occidente para defender a la población y detener los aterradores ataques de grupos terroristas yihadistas, como Al Qaeda, el Estado Islámico y Boko Haram.
Por último, el creciente estatus de Rusia en la región, en la cual muchos parecen estar viendo una alternativa.
A pesar de la falta de evidencia que implique al Kremlin en el derrocamiento militar, el golpe se produce en un momento en que la región muestra una tendencia a distanciarse de Francia y a mostrar una inclinación hacia Moscú, cuya presencia se ha hecho evidente principalmente a través del grupo paramilitar Wagner, cuyo líder, Yevgeny Prigozhin, acogió el golpe con satisfacción.
En suma, la situación en Níger subraya una vez más la importancia estratégica del sur del planeta para las naciones del norte en lo que respecta a recursos naturales y seguridad. Al mismo tiempo, destaca el papel cada vez más influyente de nuestros países en la definición del nuevo rompecabezas del poder mundial.
Comments