Ante las Cuerdas, con Martin Cruz, Firmante del Acuerdo de Paz y Director de Comunicaciones FARC
Actualizado: 11 ene 2021
Martín es hoy mi amigo. Lo conocí organizando con él la última versión del Extreme Travelers International Congress en Marquetalia, realizada el pasado mes de enero y que trajo al país a 36 de los más destacados viajeros extremos del mundo para un evento que congregó a representantes de las extintas guerrillas, el ejército y la policía nacional, directivos de la Misión de O.N.U, el viceministerio de Turismo, la Agencia de Reincorporación Nacional, las comunidades locales y el cabildo indígena nasa.
Venimos de mundos distintos y un largo camino separa a muchas de nuestras posiciones. Pero también compartimos otras de relevancia, incluyendo un compromiso por mejorar este Macondo que nos consume.
El blog queda abierto para quien desee dejarse entrevistar y opinar de manera diferente a Martin. Con esta breve entrevista, deseo comenzar un espacio para incluir entrevistas que aporten al espíritu de este espacio de opinión.
Biografía: Mi nombre es Martín Cruz V. Mi seudónimo en la guerra fue Rubín Morro. Ingresé a las FARC-EP el 21 de febrero de 1977 a los 14 años, por ser perseguido por las autoridades, por ser hijo de un guerrillero. A la firma del acuerdo final y de “Dejación de las Armas” el 15 de septiembre de 2017, cumplí 40 años de ser guerrillero. Viajé a La Habana el 4 de octubre del 2014, participé de alguna forma en la Mesa de Conversaciones de Paz en Cuba. Regresé a Colombia con otros compañeros el 29 de julio de 2015. El 7 de julio de 2016, regresé junto a otros camaradas a La Habana a recibir instrucciones del Cese del Fuego, Monitoreo y verificación por parte del Secretariado Nacional de las FARC-EP. Regresé a Colombia el 8 de agosto con otros integrantes de FARC, policía, ejército, Naciones Unidas y el CICR. Nos tocó la tarea de delimitar las ZVTN y los PTN (Zonas Veredales Transitorias de Normalización y Puntos Temporales de Normalización), respectivamente. El 16 iniciamos en Popayán una Capacitación Tripartita Nacional de Monitoreo y Verificación del Cese del Fuego entre el Estado colombiano y nuestra organización. Luego hice parte del Mecanismo de Monitoreo del CFHBD (Cese del Fuego, Hostilidades Bilateral y Definitivo), instancia nacional. Fui responsable con un equipo guerrilleros (as) de la DA (Dejación de Armas de las FARC-EP), extracción de caletas de las FARC-E y Destrucción del Explosivo en nuestro poder, tarea culminada con éxito el 18 de noviembre de 2018, con representantes del Ejército Nacional y la Procuraduría.
Actualmente soy militante del partido FARC. Soy escritor formado en las ex FARC-EP. He publicado tres libros y terminé el cuarto libro “Crónicas Clandestinas” aún sin publicar. En el año 2017 publiqué El Diario de la Guerra y la Paz, Lanzado en el Festival Internacional de Poesía de Medellín, en 2018 publiqué “El Último Fusil”, cuyo lanzamiento fue en la Feria del libro de Bogotá-filbo2018. El tercer libro “De Las Trochas a La Paz”, lo lancé el 30 de agosto de 2019 en Bogotá. Actualmente, acabo de terminar otro de poemas titulado Orbitando En Mis Versos, (aún sin publicar)
Mi escritura es sobre la cotidianidad guerrillera en la selva. Las marchas, los sueños, la esperanza, las victorias y las derrotas, la vida y la muerte. Hago poemas al amor; a la paz, a la naturaleza, a las aves, a todas las expresiones humanas y de la vida. Pero también sobre muchas realizaciones del proceso de paz, las dudas, la incertidumbre y los anhelos de alcanzar un país en paz, justo y en equilibrio. Tengo un glosario de lo que he llamado “palabras de la real lengua fariana”. Palabras construidas a lo largo de 53 años de lucha clandestina. Escribo para que se conozca desde mi óptica la guerra, su devastación para que nunca más ella vuelva a las noches de afilados puñales. Para que nunca más vuelva la guerra. Mi escritura es otra versión de la confrontación, contada desde el lado de un hombre que vivió la horrible vorágine de la acción bélica, se protegió por salvar la vida en la guerra; que ironía, como el único camino que le dejaron para no morir asesinado, es también el aporte a la construcción de un lenguaje plural de la guerra que jamás debe volver a vuestra patria y una percepción de la paz como el más grande de los derechos. Email: martincruzvega1964@gmail.com
Queda pendiente que toda Colombia empuje de una vez por todas la posibilidad real de la construcción de la paz estable y duradera. Queda pendiente por parte del gobierno la implementación integral del Acuerdo de Paz, por ser el acontecimiento político mas importante en los últimos 70 años. De los ex integrantes de las FARC-EP, nos falta transitar el largo camino de la reincorporación completa en la sociedad, con proyectos de vida reales, con capacitación profesional para contribuir en la construcción de una nación soberana y en equilibrio social.
1.Analizando la situación actual del Proceso de Paz ¿Qué les sorprende, para bien o para mal?, ¿Qué está dentro de lo que esperaban pasaría para cuando firmaron el acuerdo? ¿Qué queda pendiente por parte del gobierno y las extintas FARC?
Primero déjame reiterar lo siguiente: Las extintas FARC-EP, desde antes de su nacimiento como organización guerrillera, plantearon la salida política al conflicto social y armado, y no nos escucharon. La respuesta del Estado fue el ataque a Marquetalia el 27 de mayo de 1964, que nos obligó a la resistencia armada para preservar la vida propia y de nuestras familias. Ahora sí vamos al tema: Aunque nunca nos imaginamos un proceso de paz con el gobierno sencillo, nos sorprende que el Estado ha faltado a su palabra empeñada y se asoma sistemáticamente la perfidia y la traición. Esto no quiere decir que no se haya avanzado, claro que sí, pero no como fue acordado. Todos los días nos sorprende un nuevo intento por hacer trizas lo pactado. Nos sorprende que se está cambiando el Acuerdo de Paz, con el afilado puñal de la “Paz con Legalidad”. Nos sorprende que sea el mismo Estado quien no quiera implementar eficazmente lo firmado y construido en La Habana.
Esperábamos, luego del Acuerdo de Paz, que se repetiría lo de antetiores procesos de paz. Pero a la vez creíamos que, esta vez, sería diferente. Por eso, quisimos darle a lo pactado un marco constitucional, como evidentemente se hizo y depositar en los Países Garantes lo acordado y que por tres periodos presidenciales fuera intocable el Acuerdo, pero ya vemos que no ha sido así. Por eso, las dudas para la “Dejación de las Armas” fueron monumentales, pero la decisión colectiva estaba tomada como organización, aún sabiendo de las aguas turbulentas en que se movería el barco de la paz.
Queda pendiente que toda Colombia empuje de una vez por todas la posibilidad real de la construcción de la paz estable y duradera. Queda pendiente por parte del gobierno la implementación integral del Acuerdo de Paz, por ser el acontecimiento político mas importante en los últimos 70 años. De los ex integrantes de las FARC-EP, nos falta transitar el largo camino de la reincorporación completa en la sociedad, con proyectos de vida reales, con capacitación profesional para contribuir en la construcción de una nación soberana y en equilibrio social.
2. ¿Cómo ha sido el proceso con las FARC diferente a lo que fue Ralito y el proceso con las AUC? ¿Por qué no pueden ser comparables ambas?
Nada puede ser comparable. Nosotros por más de medio siglo combatimos al Estado. Las autodefensas o paramilitares defendían al establecimiento, todavía lo hacen, porque entre otras cosas el paramilitarismo, hizo y hace parte de la acción bélica estatal contrainsurgente. No es comparable, además, porque todo este novelón o sainete de Ralito, fue una burla a las víctimas y una catapulta para el relanzamiento de estas hordas criminales en contubernio con los gobiernos de turno. Con las FARC-EP, el proceso exploratorio para los diálogos de paz meticulosamente duró un año, salvando escollos y obstáculos y llegar a la Mesa de Conversaciones a dos mil kilómetros de Colombia, con todos los controles habidos y por haber, al fin y al cabo, éramos los verdaderos enemigos. Nada comparable. Llegamos al Acuerdo de Paz, en medio de la guerra, y “nada estuvo acordado hasta que todo estuviera acordado”. Nada comparable. Dejamos las armas, verificadas y certificadas en tiempos y protocolos rigurosos por las Naciones Unidas, nuestras armas fueron llevadas a Funza cerca de Bogotá donde fueron inhabilitadas y luego fundidas más de 8.994 armas y que fueron la base del monumento cerca al palacio de Nariño en Bogotá, “Nuestras armas nunca volverán a la guerra”. Nada comparable.
3. ¿Qué moralejas puede aportar para un futuro acuerdo con ELN o los GAO?
Cada proceso de paz tiene sus particularidades y momentos históricos. Pero independientemente de todo esto, “la clave es que las partes cumplan lo pactado”. De pronto nosotros fuimos muy soñadores y creímos demasiado en las promesas, pero era el clamor nacional que se acabara la guerra oficialmente con nosotros, y a decir verdad, siguiera la plomacera contra los firmantes de la paz, ya sumamos 198 y esto no va a parar hasta que no haya reformas estructurales del Estado. Moraleja, que todo proceso de paz que se inicie debe ser verificable por la Comunidad Internacional, blindarlo hasta la saciedad con normas nuevas y prospectivas y voluntad de paz absoluta del Estado. De todas formas, seguiremos indeclinables en nuestra voluntad de paz, a pesar de las adversidades.
4. ¿Se puede concebir una Colombia sin conflicto armado mientras que la coca siga siendo el negocio que es hoy?
Se paró oficialmente una guerra con las extintas FARC-EP, esto es muy importante para el futuro de Colombia. Los conflictos sociales seguirán, ojalá se puedan dirimir por el consenso y no con la guerra. En Colombia habrá paz cuando las fuerzas políticas del país, en una gran alianza de todo el pueblo en su conjunto, se instaure un gobierno democrático que haga las reformas estructurales del Estado; que cambie la vieja maquinaria del poder; la corrupción; los vicios politiqueros; la Doctrina Criminal de la Seguridad Nacional y la concepción fascista del “enemigo interno y el narcotráfico”.
5. ¿Por qué en Colombia hay tanto narcotráfico?
Dejemos una situación bien clara: El fenómeno de narcotráfico es inherente al capitalismo y Colombia está permeada hasta los tuétanos de mafiosos en el poder. ¿Cómo es que en cuentran laboratorios en las afueras de Bogotá y no haya ni un solo detenido? En cambio, bombardean con venenos a los campesinos que cultivan la hoja de coca para sobrevivir, mientras los “mafiosos puros” están en las grandes ciudades y nos gobiernan. ¿Quién inició la comercialización de la marihuana y convirtió la hoja de coca en cultivios de uso ilícito? Pues, los gringos. ¿Quién produce los precursores químicos y por dónde entran al país?, En los E.E.U.U., y no los traen en mulas, ni al hombro, los traen en barcos y aviones y pasan por las aduanas, retenes del ejército y la policía y todos los demás controles hasta llegar a los sitios más lejanos del país, es decir es legal y sobornos a granel. El poder se ha equivocado como siempre, “buscando al ahogado río arriba”, pretende solucionar todos los problemas por la vía militar, esa no es la solución. Aunque en el “Plan Colombia” se gastaron 10 billones de dólares para dizque acabar con los narcóticos y cuando acabó el plan de marras, el narcotráfico estaba más florecido que nunca. Lo que demuestra que la vía de la fuerza nunca será la solución. El objetivo de dicho “Plan Colombia” era exterminar las FARC-EP y tampoco lo lograron.
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