A pesar de la guerra
- Jack Goldstein

- hace 12 minutos
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Por Marlene Manevich
La guerra de Vietnam duró 20 años Yo tenía 1 año cuando empezó. No recuerdo a los cuántos años empecé a hacer conciencia de ese terrible acontecimiento histórico, pero recuerdo que me marcó a través de mi adolescencia. Me parecía terrible escuchar que morían soldados y que era una guerra interminable. Cuando cumplí 21 años se terminó esa cruenta guerra que acabó con demasiadas vidas. Yo no entendía por qué Estados Unidos estaba tan involucrado y por qué sus soldados que no vivían allá, tenían que participar. Desde esa época, nunca sentí ganas de viajar a Vietnam.
Hay destinos que no me ha interesado conocer y eso que se ha puesto muy de moda y dicen que es un país hermoso. Ahora de pronto si me dan ganas. Actualmente creo que no mucha gente quiere ir de vacaciones a Ucrania, pues nadie quiere participar en una guerra, así sea en calidad de turista. Aunque en Colombia vivíamos en una guerra fría, con la guerrilla asediando en el campo y siempre leyendo noticias amenazadoras, nos acostumbramos a vivir en medio de esa incertidumbre y hasta vivíamos bien.
Lo que sucedía no era tan cerca de donde vivíamos y no nos afectaba tanto. Jamás me imaginé vivir una guerra tan de cerca. Eso me parecía cosa de película y ahora me siento parte de la película. Aunque en Israel es un poco diferente. Hay guerra en la frontera y es triste ver lo que sucede, que por supuesto nos afecta a todos, pero en las ciudades no se siente mucho. De vez en cuando los hutíes nos lo recuerdan. La vida sigue como si nada pasara. Los restaurantes llenos, los centros comerciales llenos, los supermercados llenos, las playas llenas. Hay carestía como en todos los sitios donde hay una economía de guerra, pero no hay escasez. Y carestía hay en todas partes, aunque no haya guerra.
Es verdad que el turismo se ha afectado, pues la mayoría de la gente no quiere venir de paseo, pero los que tienen familiares aquí, vienen de todos modos. Hay que cuidarse y no dar papaya, como dice el onceavo mandamiento. Y es así como estando la frontera al rojo vivo, en las ciudades se respira tranquilidad y seguridad. Casi no hay robos y el índice de delincuencia común es muy bajo. Se roban carros para vender las partes o para ensamblarlos y usarlos en terrorismo, es algo que no podemos negar, pero las ciudades son seguras. Los niños andan solos desde muy pequeños. Es impactante ver a niños de 8 años cuidando a sus hermanitos de 4. Muchas veces los recogen del colegio porque los padres están trabajando. Desde muy pequeños cocinan y se atienden solos, mientras los padres regresan del trabajo. Tienen la llave de la casa y adquieren mucha responsabilidad desde temprana edad. Maduran más rápido que otros niños de su misma edad. También es muy común ver a los papás llevando a los bebés en sus coches.
El otro día vi una imagen entre tierna y violenta. Un padre estaba con su pequeño hijo remojándose los pies en una pequeña piscina y llevaba en la parte de atrás de su pantaloneta un arma. Es difícil para la gente que vive fuera, entender que en este país la vida sigue y la seguridad interior, no se ha afectado tanto, a pesar de todo. (Hay excepciones como el triste atentada en Jerusalem).
Las aerolíneas dejan de volar por los cielos, pero es un asunto más de los seguros que de la inseguridad. Esperamos que llegue el momento en que la gente pueda volver a disfrutar de Israel, que es un país con muchos atractivos turísticos y con demasiadas historias para contar y muchos caminos para recorrer. Para terminar esta entrega de hoy, no puedo dejar de mencionar el triste atentada en Jerusalem, que aunque no lo crean, alegró a más de un ignorante que comenta en las redes que es un buen merecido. No han entendido la misión del pueblo judío que es defender al mundo de la invasión islamista. Lo que más nos impactó de ese atentado tan triste que dejó tantas víctimas, es que fue en el paradero de bus que Reuven utilizaba para regresar del hospital desde Jerusalem.
Agradecemos que España no tiene bomba nuclear, ya que las intenciones de su presidente no parecen ser muy buenas. El desprevenido que escuche ese discurso, fácilmente se pone de su lado con todos los argumentos que da contra Israel. El problema es que la gente escucha y no verifica la veracidad de la noticia. Si escuchan hay hambruna en Gaza como lo dijo Sánchez en su discurso, esa es la idea que queda de la noticia, pero yo les recomiendo verificar quién es el culpable de esa hambruna y créanme que no es Israel. Y hablando de hambre me voy a desayunar.







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