Ebionitas. Los primeros “judeo-cristianos”
Hace 2.000 años el mundo judío estaba convulsionado. Previo a la destrucción del Templo, estábamos divididos entre saduceos, fariseos, esenios, zelotes e iscariotes, pero poco sabemos de otras sectas mesiánicas que se formaron y multiplicaron durante los primeros siglos de la era común, especialmente después de la primera Guerra judía (66-70), la rebelión de Bar-Kojba (130-135) y el simultáneo pogrom en Alejandría. Originados entre el caos, la destrucción y el agnosticismo están los nazarenos, sampsareos, carpocracianos, cerintios y elcesitas. Pero quizás el más representativo de ellos fue el de los Ebionitas.
Benjamin de Tudela escribe sobre dos comunidades en Arabia que hacia el siglo X seguían aun costumbres afines a los ebionitas.
El nombre proviene del Hebrero Evyon y alude al voto de pobreza de sus miembros, similar al de los esenios y la comunidad de Qumran y pueden considerarse como el primer grupo de judeo-cristianos de la Iglesia de Jerusalem. Consideraban a Yeshua como mesías, pero negaban su divinidad o la virginidad de María, seguían únicamente el evangelio de Santiago el Justo (Mateo, hermano de Yeshua) y aborrecían a Pablo a quien consideraban apóstata por abrirle las puertas a gentiles y por desvirtuar el Testamento original que seguían con apego, pero a su manera. Fueron grandes críticos del estamento sacerdotal de Jerusalem, eran vegetarianos y asiduos a baños rituales y poseían un largo “santoral” de ángeles entre los que el arcángel mayor era el mismo Yeshua.
Después de la derrota de Bar-Kojba y el real inicio de la diáspora judía, los ebionitas establecieron su centro comunitario en Pela (actual Jordania), pero eventualmente terminaron por perder su esencia judía hacia el siglo V y desaparecieron de la historia al ser eclipsados por los nuevos gentiles cristianos. Fueron ampliamente condenados por la Iglesia en siglos posteriores (cuando ya ni existían) y tratarlos de “heréticos judaizantes” quienes preferían la rigurosidad de la fe mosaica a la gracia del dios cristiano.
Benjamin de Tudela escribe sobre dos comunidades en Arabia que hacia el siglo X seguían aun costumbres afines a los ebionitas. Posiblemente, hayan sido descendientes de aquellos quienes siglos atrás le aportaron al naciente islam la figura profética (más no divina) que Jesús tiene el Korán.
En la actualidad, entre algunos grupos mesiánicos no judíos (neo-ebionitas), existe una afinidad al concepto original que los primeros judíos seguidores de Yeshua el Mesías pudieron tener.
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