El rey de los dromomaníacos
Entrevista a León Hochman por David A. Rosenthal
David A. Rosenthal: ¿Quién es León Hochman?
León Hochman: Soy Samuel León Hochman o simplemente León Hochman como todos me conocen, nací en Santa Marta, Colombia, ciudad caribeña en la que viví hasta graduarme de bachiller en el Liceo Celedón.
Mis estudios universitarios los hice en Bogotá en donde me gradué de Economía y posteriormente obtuve dos post grados, uno en Alta Gerencia y otro en Administración Financiera.
He escrito cuatro libros en donde narro, en orden cronológico, las crónicas de mis viajes:
Dromomaniando por el Planeta Tierra y “el espacio”.
Dromomaniando por el Planeta Tierra II, Barriendo continentes.
Dromomaniando por el Planeta Tierra III. Obsesión: viajar.
Dromomaniando por el Planeta Tierra IV. World Traveler-The Legend.
Tengo un documental, Desde aquí, cualquier destino, el cual puede verse en Youtube.com. Estoy casado, tengo dos hijos y tres nietos.
D.A.R.: ¿De dónde salió el interés por los viajes consecutivos y qué logros ha tenido?
L.H.: En 1981 trabajé en Panamá en una empresa que vendía ropa fina de marca, el bautizo que me dieron fue que me enviaron a abrir mercados en la mayoría de las islas del Caribe. Al regresar, un día estaba sentado en la sala de mi casa mirando las páginas de mi pasaporte, quedé maravillado con la gran cantidad de sellitos que tenía, en ese momento sentí que me había picado el mosquito de los viajes, ya no pensaba sino en viajar e ir a países en donde nunca había estado, me convertí en un “dromomaníaco”, es decir, un adicto a los viajes, a estar siempre en movimiento.
Años después me di cuenta de que ya había viajado a la mayoría de los países del mundo, y no eran muchos los que me faltaban por visitar por lo que decidí visitarlos todos. Un resumen general de lo logrado hasta este momento a través de todos mis viajes sería:
He visitado todos los continentes de nuestro Bello Planeta Tierra, incluida la Antártida.
He visitado todas las 7 Nuevas Maravillas del Mundo hechas por el Hombre. Más la única de la antigüedad, que existe hoy en día, las Pirámides de Egipto.
He visitado todas las 7 Nuevas Maravillas Naturales del Mundo.
He estado en regiones remotas como la Antártida, el Ártico incluyendo Svalbard y Groenlandia llegando a estar a 991 kilómetros del Polo Norte, así como también en el Tíbet y en Siberia recorriéndola en el Tren Transiberiano.
En 1994 conseguí un libro llamado Maravillas del Mundo, los 100 monumentos más espectaculares de la humanidad. Después de 23 años, el 20 de Octubre de 2017 visité las Pirámides de Meroe en Sudán, completando así la #100 que era la única que me faltaba del libro.
Con la visita que hice a Siria en Octubre de 2019 completé la visita a todos los países del Medio Oriente: Arabia Saudita, Bahréin, Egipto (el Sinaí en Asia), Emiratos Árabes Unidos (todos los 7 Emiratos), Israel, Irán, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Qatar, Siria y Yemen.
He estado en los 13 países por los que pasa la Línea del Ecuador: Ecuador, Colombia, Brasil, Sao Tomé & Príncipe, Gabón, República del Congo, República Democrática del Congo, Uganda, Kenia, Somalia, Maldivas, Indonesia y Kiribati. Kiribati es el único país del mundo que está en los cuatro hemisferios.
He viajado a destinos en cada una de las 24 zonas horarias o husos horarios en el mundo. Estos husos horarios corresponden a las 24 horas del día.
He cruzado las tres principales referencias geográficas, ya sea por aire, tierra o mar: la Línea del Ecuador, la Línea Internacional del Tiempo y el Meridiano Cero o de Greenwich.
He estado en los 5 océanos del mundo: Atlántico, Pacifico, Indico, Glaciar Ártico y Antártico o Austral.
Después de 40 años, el 28 de Mayo de 2021 completé el haber estado en todos los 196 países independientes del mundo, según la lista oficial que maneja la revista de viajes, International Travel News (ITN), que corresponden a los 193 países reconocidos por las Naciones Unidas, más Taiwán, Kosovo y el Vaticano.
Según UN Master List de Nomadmania, el club de viajes en línea que presenta a las personas que más han viajado por el mundo y al cual pertenezco, soy el primer colombiano en visitar todos los países miembros de la ONU, el cuarto latinoamericano (hay dos brasileros y un panameño) y el 259 en todo el mundo.
Ha sido largo el camino, muchas horas de vuelos, horas de espera en los aeropuertos, días completos sin dormir, pero ha valido la pena, la recompensa ha sido muy gratificante.
D.A.R.:¿Qué es lo mejor de haber viajado por el mundo?
L.H.:
Darme cuenta de que la mayoría de las personas, independientemente de su religión, raza y cultura, compartimos los mismos sueños y valores, queremos a nuestras familias, queremos ver crecer sanos y educados a nuestros hijos, queremos la paz de nuestros países y de todo el mundo, en todas partes me recibieron con mucho afecto y en muchas ocasiones me abrieron las puertas de sus casas haciéndome sentir en familia.
En algunos países de África disfruté mucho el marrón de su suelo y sus sabanas, el verde de sus árboles y el azul del cielo. En el Desierto del Sahara vi las noches más hermosas, más oscuras y con más estrellas que he visto en mi vida. En el Pacifico Sur me extasié con los paisajes de los atolones, con sus lagunas internas, y los múltiples tonos azules y verdes de su mar.
Vi lo majestuosos que son la Cordillera de los Andes, el Himalaya, las Cataratas Victoria, de Iguazú y las del Niágara.
D.A.R.:¿Cuál (es) fue el destino o los destinos favoritos?
L.H.:
1. Argentina
Me encanta Argentina porque ir a Buenos Aires es como estar en Europa, pero en Latinoamérica, su gente es muy amable y amigable, allí se come la mejor carne del mundo, y también por sus bellezas naturales, como las Cataratas de Iguazú, que son una de las Nuevas 7 Maravillas Naturales del Mundo, la Patagonia con el encanto de Bariloche, el Glaciar Perito Moreno y la espectacular Ushuaia.
2. Bután
Bután es un pequeño país en su territorio, pero grande en su corazón. Ellos tienen gran respeto por la vida, no sacrifican animales y está prohibido pescar. Tienen una armoniosa coexistencia entre el hombre y la naturaleza. El grado de la producción y el desarrollo no lo miden como en el resto de los países del mundo, a través del Producto Interno Bruto, sino que es medido a través del Índice Nacional de la Felicidad el cual mide los valores ecológicos, culturales, espirituales, la conservación del medio ambiente y el bienestar de las personas.
Desde el momento de la llegada, cuando el avión de la empresa Druk Air pasa casi rozando el Himalaya y además las visitas a los Dzong (monasterios Budistas fortificados), bien ameritan la visita a este hermoso, espiritual y colorido país.
3. Marruecos
Marruecos es un bello país, llegué allá viajando en un ferry desde España, atravesando el Estrecho de Gibraltar, esta experiencia bien vale la pena hacerla. Me encanta su deliciosa comida como el Cuscús, Tajin y cordero; pasear por Fez, Meknes, Marrakech y Rabat, perderse en las callecitas de sus Medinas; disfruté mucho la típica Plaza Jemaa el-Fnaa en Marrakech viendo los encantadores de serpientes, los dentistas con sus rudimentarios instrumentos y también las visitas a las Madrazas o Escuelas Coránicas.
D.A.R.:¿Qué es lo más recomendado en Colombia?
L.H.: La joya de la corona obviamente es Cartagena, pero toda Colombia es un destino turístico muy recomendado y apetecido a nivel mundial. Medellín, la ciudad más bonita y limpia del país. Bogotá con sus múltiples museos y su exquisita gastronomía a nivel latinoamericano.
La Zona Cafetera en donde uno puede apreciar sus hermosos paisajes y además todo el proceso de siembra, recolección, lavado y empaque de nuestro producto estrella, el Café. Los Parques Arqueológicos de San Agustín y Tierradentro. Los viajes ecológicos en la Sierra Nevada de Santa Marta, los Llanos Orientales y el Amazonas. Las playas de Santa Marta, el Parque Tayrona y el Rodadero; además la Quinta de San Pedro Alejandrino en donde murió nuestro libertador Simón Bolívar.
D.A.R.: Sobre Israel, ¿cómo fue la experiencia en su primer viaje a este país?
L.H.: En Diciembre de 1988 fui con mi esposa y mis hijos a Inglaterra, Israel, Egipto y Alemania.
Al llegar al Aeropuerto Ben Gurión en Tel Aviv, Israel, nos saludaron con el tradicional “Shalom”, que quiere decir “paz”. Esa palabra la dicen en Israel más que la palabra “Coca Cola”, que se supone que es la más usada en la mayoría de los países del mundo. Al pisar por primera vez la Tierra Santa, se siente una sensación que no se puede narrar, a uno le dan ganas de agacharse y besarla. Lo mismo sucede la primera vez que uno llega a Jerusalén, se siente una paz interior inenarrable, todo lo que se hace en Israel la primera vez es una experiencia inolvidable, como la
primera vez que comimos Falafel, nos dijeron que mientras uno tenga el pan Pita en la mano, te lo siguen llenando de Falafel hasta que el pan ya no da más y ahí si toca pagar por el siguiente.
Los desayunos son extravagantes, una cantidad incontable de lácteos como no se ve en ninguna parte del mundo, uno se va de Israel sin haber podido probar todos los diferentes tipos de quesos que sirven en los desayunos. No podía faltar la visita al Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado para los judíos. Escribimos nuestros papelitos pidiéndole a Dios por la paz de Israel y del mundo, cosas buenas para nosotros, nuestras familias y amigos, parece que hacía días no pasaba el hombre con la aspiradora recogiendo los papelitos de los días anteriores ya que casi no encontramos lugar para ponerlos en el Muro, pero, aunque los papelitos queden muy estrujados, Dios siempre atiende todas las peticiones.
Ahí mismo en el Muro de los Lamentos mis hijos se hicieron amigos de dos soldados israelíes que estaban cuidando el sitio sagrado. Mis hijos no se cambiaban por nadie cuando los soldados, muy gentilmente, aceptaron tomarse fotos y les pusieron sus gorras.
En Israel cada piedra tiene su historia para las tres religiones monoteístas del mundo: judía, cristiana y musulmana, todo está allí: el Muro de los Lamentos, la Vía Dolorosa con la Iglesia del Santo Sepulcro y el Domo de la Roca. En Belén está la Iglesia de la Natividad, en Nazareth la Iglesia de la Anunciación, etc. Visitamos todos esos sitios que uno ya conocía por la Biblia y por diferentes lecturas para poder entender mejor las tres religiones.
Camino a Eilat, en la frontera con Egipto, nos encontramos con dos soldados colombianos que integraban la Misión de Paz de las Naciones Unidas para cuidar la frontera de Israel con Egipto en el Sinaí. Los dos soldados se pusieron muy contentos al saber que éramos sus paisanos. Sacaron sus cámaras fotográficas y nos tomaron fotos con ellos, lo mismo hicimos nosotros.
En el Mar Muerto no podía faltar la untada con barro para impregnarnos de sus nutrientes. A pesar de que era invierno y estaba haciendo mucho frío, mi hijo y yo no tuvimos ningún problema en meternos al Mar Muerto y flotar leyendo el periódico para la famosa foto que todo el mundo se toma allí.
Desde Israel fuimos por tierra a Egipto, pasamos la frontera por Rafiah en Gaza, atravesamos el Desierto del Sinaí y el Canal de Suez. De vuelta a Israel nos fuimos a conocer Natanya y cuál no
sería nuestra sorpresa cuando vimos el Hotel Palace que lo había construido y operado por muchos años el abuelo de mi esposa. No podíamos terminar nuestra primera visita a Israel sin ir al Monte Hermón. Allí nos montamos en las sillas que usan los esquiadores, es decir, los “ski lift” para ascender a través de un cable hasta la cima de la montaña. Una vez que descendimos por el mismo sistema hicimos un muñeco de nieve y después nos deslizamos por la nieve en los trineos para principiantes. Israel es un país que amerita visitarlo cada vez que se presente la oportunidad.
D.A.R.:¿Cuál es la anécdota que nunca va a dejar de contar sobre tus viajes?
L.H.: Anécdotas hay muchas, pero hay una que recuerdo con mucho cariño, cuando llegué a mi hotel en Asmara, la capital de Eritrea, el último país que me faltaba para completar la visita a los 54 países de África, me di cuenta del tremendo logro que acababa de hacer, yo estaba solo en el cuarto, se me salieron las lágrimas porque África para mí, es el continente más difícil de visitar. Yo estaba muy feliz aunque era un momento para celebrar con mi familia y amigos pero eso tendría que esperar unos días más.
D.A.R.:¿Qué se siente conocer tantos países?
L.H.: Me siento una persona muy afortunada y bendecida por Dios al darme la oportunidad de cumplir mi sueño de visitar todos los países del mundo. Estoy muy orgulloso de pertenecer a este selecto grupo de viajeros.
Soy una persona muy creyente en Dios, siempre sentí su presencia en todas las etapas de cada viaje como son la planeación; la consecución de visas, hay países que son muy difíciles para obtener las visas, todas mis solicitudes fueron aprobadas mientras que yo escuchaba de algunos viajeros que tuvieron que luchar mucho para conseguirlas; he sentido su presencia en todos los viajes lo mismo que al regresar cada vez a mi casa sano y salvo, siempre ha sido mi mejor guardaespaldas.
He estado, estoy y estaré agradecido con El, que todo lo puede, todos los días de mi vida.
D.A.R.: Además de viajar, ¿qué otras cosas le apasionan?
L.H.: Mientras viví en Colombia, coleccionaba todo lo relacionado a la parafernalia de Coca Cola, botellas de diferentes países con sus diferentes logos en otros idiomas, canastas, camioncitos, relojes, balones, corbatas, radios, latas, etc. Llegue a tener la segunda colección más grande de Colombia. Al salir del país se la vendí a la Coca Cola, más bien a un precio simbólico ya que yo quería que ellos se quedaran con ella, me dijeron que iban a hacer un museo ambulante para llevarlo a las diferentes ciudades y pueblos. Nunca supe si lo hicieron.
Hoy en día me encanta caminar, trato de hacerlo todos los días y además las tertulias con los amigos para contar historias y tomar cafecito sin azúcar.
D.A.R.:¿Cuál es la comunidad judía más especial que haya conocido en aquellos viajes?
L.H.: Hay varias, pero en especial recuerdo estas dos: En Octubre de 2008, el primer día de Rosh Hashana (Año Nuevo) estaba en Isfahán, Irán. Asistí el primer día a la Sinagoga Ketter David, ortodoxa, Sefaradí. Había unas 70 personas. En Irán hay unos 20.000 judíos, en Isfahán unos 700 y tienen completa libertad de culto.
En ese mismo año, un viernes en la noche asistí a la Sinagoga Masjidi en Bukhara, Uzbekistán, en la fachada había dos letreros, uno con el nombre de la sinagoga y el otro que decía en hebreo “Beit Haknes, kol ieudim beir Bukhara” que se traduce como “Sinagoga, todos los judíos de la ciudad de Bukhara”. Al entrar había una foto del Rebe. Además de los judíos locales había otros tres turistas.
D.A.R.:¿Qué lo inspira a viajar?
L.H.: Aparte de conocer el mundo, personas, culturas y religiones, yo sufro de una adicción, la más sana y deliciosa de las adicciones, “la dromomanía”. Una muy extrema forma de problema psicológico asociada con viajes es la dromomanía, también conocida como “neurosis vagabunda”.
En la lista aceptada de problemas psiquiátricos en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, manual DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), la neurosis vagabunda está clasificada como un desorden del control del impulso. Los que la sufren tienen un deseo anormal de viajar, ellos están dispuestos a gastar más allá de sus posibilidades, sacrificando sus trabajos, sus seres queridos y su seguridad en la búsqueda de nuevas experiencias.
Los dromomaníacos no solamente se sienten más vivos cuando viajan, sino que tan pronto regresan a casa, ya comienzan a planear su próximo viaje. Fantasías acerca de viajes ocupan mucho de sus pensamientos y sueños.
D.A.R.:¿Cuáles son los próximos destinos?
L.H.: Debido al Covid-19 y las diferentes restricciones que han impuesto los países, como presentar test negativos con fecha del día anterior, existe el riesgo de que uno quede sin poder salir de algún país y tener que cumplir la cuarentena allí, por lo que en este momento no estoy haciendo planes de viajes, simplemente si se presenta alguno, tomo la decisión en el momento si voy o no. Recientemente estuve en Medellín, Colombia y en Cancún, México. Me gustaría ir al Polo Norte y al Polo Sur, además estoy atento por si se presenta alguna posibilidad de un viaje al espacio a un precio módico.
D.A.R.:¿Cuánta gente cómo usted ha viajado por todos los países reconocidos por la ONU?
L.H.: Al 28 de Mayo de 2021 yo soy el número 259. Hoy debe haber alrededor de unos 270.
D.A.R.:¿Qué les recomienda a los nuevos viajeros que se empeñan en emprender la misma peripecia?
L.H.: Tratar, según las posibilidades de cada uno, viajar todos los años. Mantenerse en movimiento. Planear los viajes antes de iniciarlos, ayuda a ahorrar tiempo y dinero. Esto incluye pasajes aéreos, transportes terrestres, hoteles y sitios a visitar. Tratar de viajar por zonas geográficas. Visitar países que estén cerca uno del otro, ahorrará tiempo y dinero.
La maleta debe ser muy liviana y pequeña, los artículos del baño deben ser miniaturas. Dependiendo del clima, calcular las mudas de ropa para no tener que cambiarse todos los días. Esto ayuda a que la pequeña maleta quepa en el compartimiento encima de la silla en el avión y cuando uno llega al destino no tener que esperar a reclamar el equipaje.
Ir siempre tras su sueño, manteniendo permanentemente la motivación, el entusiasmo y la energía.
D.A.R.:¿En la actualidad viajar es más fácil o difícil, más caro o barato?
L.H.: Definitivamente se ha vuelto más difícil, hay todavía algunos países que están cerrados para los turistas. Las tarifas se han mantenido bajas, pero con la subida del precio del petróleo esto podría cambiar pronto.
D.A.R.:¿Cuál es la gran lección que le deja una vida de viajes a usted y a su familia
L.H.: Los viajes nos vuelven más tolerantes, nos enseñan que no todo lo que nos dicen en las noticias es cierto, que la mayoría de las personas en el mundo son buenas, que a los países que los tildan de peligrosos en la realidad no lo son, simplemente hay que tomar algunas precauciones como las tomamos todos los días en nuestra rutina diaria en cualquier país.
Mi esposa y mis hijos al comienzo viajaban conmigo, luego los hijos fueron creciendo y sus intereses fueron cambiando. Cuando mi esposa y yo nos convertimos en abuelos, mi esposa me dijo que no iba a viajar más para dedicarse a ejercer el abuelazgo pero que ella entendía que los viajes son mi pasión, que ella me apoyaba y confiaba en mí por lo que yo podía ir solo tras mi sueño.
Hoy día mis nietos están familiarizados con mis viajes, con el mapa del mundo plastificado que tengo en mi estudio lleno con los pines en los continentes, países, ciudades y grupos de islas en que he estado. Mis nietos saben de los países del mundo y sus capitales.
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