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¿Lecturas conjuntas en pandemia? El judaísmo ya lo había inventado

Actualizado: 19 ago 2021



Por Lorena Waserman

La lectura ha sido considerada tradicionalmente como una actividad solitaria. Un rincón tranquilo, buena luz y silencio son la compañía ideal para disfrutar de una buena historia. Sin embargo, he descubierto en estos locos tiempos pandémicos que existen diferentes modos de convertir también a la lectura, en un espacio de encuentro.





en las yeshivot se utiliza la “javruta” (de la palabra javer: amigo) como un método de estudio en parejas cuyo objeto es interrogarse mutuamente sobre un texto hasta comprenderlo hasta en su más mínimo detalle

Esto me llevó a pensar que, en realidad, no se trata de ningún invento producto del encierro o los avances tecnológicos. De hecho, el pueblo judío viene haciendo lecturas colectivas desde hace miles de años cada semana en la sinagoga. Son 54 las porciones o parashot en que está dividida la Tora y se precisa de un minian de 10 hombres adultos, de acuerdo con la ortodoxia, para poder sacarla del Aron HaKodesh y leerla. No importa en qué lugar del mundo uno se encuentre, todos los judíos estudian en esos días la misma parashá. Esta práctica despierta un sentimiento de comunidad entre todos los fieles ya que estén donde estén, esta parte de la liturgia se mantiene. No por nada los descendientes de Abraham han sido conocidos a través de la historia como “El pueblo del libro”, guardianes de las Sagradas Escrituras.


A nivel secular, las lecturas conjuntas son acuerdos entre lectores para comenzar juntos un mismo libro y discutirlo vía diferentes aplicaciones. Resulta interesante ir avanzando al tiempo, plantear hipótesis, enojarse con la trama, predecir el desenlace y finalmente conversar no sólo acerca de la historia sino también de todo lo que ese libro haya generado. Los clubes de lectura, por su parte, se organizan en función de una temática, un género o simplemente siguiendo a un autor en particular, con una periodicidad variada.


Tampoco aquí hay nada nuevo bajo el sol, en las yeshivot se utiliza la “javruta” (de la palabra javer: amigo) como un método de estudio en parejas cuyo objeto es interrogarse mutuamente sobre un texto hasta comprenderlo hasta en su más mínimo detalle. El conocimiento del otro, basado en sus experiencias, puntos de vistas y creencias, funciona como una retroalimentación que invita a reflexionar, enriqueciendo notablemente el debate. En muchas ocasiones, una lectura no está completa hasta que tenemos la oportunidad de escuchar las opiniones de los demás.


Una última opción que invita a salir de la zona de confort, son los retos literarios usualmente organizados por alguna cuenta en Instagram. En este caso, no hay que leer el mismo libro, sino que se debe cumplir con la consigna que varía cada mes. A modo de ejemplo la misma puede ser un libro hecho serie, un best seller o un clásico. De ese modo, sin darnos cuenta, hemos completado durante el año un abanico de lecturas variadas y encontrado otras opciones propuestas por los demás participantes del reto.


En resumen, cualquiera de estas alternativas permite leer más y mejor, conocer gente con gustos afines sin necesidad de moverse de la casa y generalmente de forma gratuita. Desde hace un par de meses yo me animé a crear @librosydestinos en Instagram donde reseño mis lecturas, así como los escenarios donde transcurren las historias. Los invito a que me sigan y nos hagamos lectoamigos.

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