De apócrifos a la ausencia de Ester
Actualizado: 11 ago 2020
Hoy comienzo una nueva sección, no porque trate temas novedosos que no hayan tenido cabida y representación en este blog y grupo de Facebook; muy por el contrario, porque tiene todo que ver que el espíritu de la página. Nueva porque le abro espacio a artículos escogidos, no de mi autoría. En este caso, para inaugurar, les comparto este muy acertado artículo de mi buen amigo el rav Daniel Shmuels. Apócrifos, apikores, shtetl mundial, rollos del Mar Muerto… Varias de las pestañas y temáticas del blog están representadas en siguiente artículo.
Para el Sanhedrin, poder establecer si un libro era sagrado o no y por consiguiente poder pertenecer a nuestro Tanaj era necesario que cumpliera ciertos requisitos; a saber, que el título del libro se encontrará dentro de la Torá y que el Pasuk donde se encuentra el título del libro aludiera a la historia milagrosa relatada.
El rabino Daniel Shmuels es psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, psicoanalista del Lacanian School of Psychoanalysis y realizó sus estudios rabínicos en el Rabbinical College of America. Rabino asistente al Chief Rabbinate of Florida, fundador y miembro honorario del Beth Din of South Florida, tradujo al español el libro “Bienvenido al judaísmo: Una Guía al Judaísmo Básico y la Conversión Judía Ortodoxa”, para HaRabanut HaRashit LeYisrael del director de conversiones del Beth Din of Queens, rabino Benjamín Golán. Actualmente es el Rosh Rav del Private Shul of South Florida. Email: danielshmuels@yahoo.com
De apócrifos a la Ausencia de Ester
Por rav. Daniel Shmuels, para "Valija de Apócrifos"
Los libros apócrifos son aquellos que se quedaron por fuera del canon formal del Tanaj judío. Obviamente, también hay apócrifos tanto en el cristianismo como en el islam; aparte de ello, lo que es apócrifos para algunos no necesariamente lo es para otros. El verdadero motivo por el cual estos libros se quedaron por fuera, por lo menos dentro del judaísmo, es una incógnita que jamás llegaremos a saber con certeza absoluta. La excusa más usada por nuestros sabios radica en que dichos textos no cumplen con los requisitos exigidos para ser considerados de inspiración divina y por ello no pueden ser incluidos dentro del canon formal del Tanaj judío actual. De ahí en adelante, cualquier teoría es bienvenida y cae perfectamente como anillo al dedo.
Muy diferentes son los motivos y verdades de esta “Valija de Apócrifos”, cuyo motivo de existencia apunta a aquello que no pudo quedar en otro lugar. Semejante, pero nunca igual, es el caso por el cual fui invitado a compartir aquellos escritos que, como cualquier apócrifo, no vienen a lugar en ningún otro espacio. Así que, de apócrifo a canónico, expondré una particular inconsistencia arqueológica dentro de nuestro Tanaj que me parece más que relevante para esta valija.
Iniciaré por el libro apócrifo que más me ha llamado la atención a lo largo de los años, no solo por las múltiples teorías científicas y religiosas acerca de su exclusión sino por los cientos de teorías de conspiración que en las diferentes plataformas sociales y de comunicación surgen a diario sobre el mismo, cosa que lo hace aún más interesante. Se trata del Sefer Janoj; en español, el Libro de Enoc.
Si bien el Libro de Enoc quedó excluido de nuestro Tanaj, actualmente forma parte del canon de dos grupos religiosos etíopes; a saber, uno judío y uno cristiano. La comunidad judía etíope Beta Israel es la única comunidad judía en el mundo que tiene incluido este libro formalmente dentro de su canon bíblico; el cual, juega un papel central dentro de la liturgia. Por su lado, la Iglesia Ortodoxa Etíope de Tawahedo y la Iglesia Ortodoxa Eritrea de Tawahedo, ambas cristianas, consideran el Libro de Enoc como canónico. En resumen, ninguna otra comunidad judía en el mundo incluye este libro como parte formal de su biblia ni de su liturgia. Es decir, está escrito y aceptado en un solo lugar, pero en ningún otro. Supongo que esto lo hace pseudo-apócrifo y pseudo-canónico al mismo tiempo.
Ese detalle le agrega puntos de interés al libro como tal, además de su contenido que es controvertido de principio a fin desde varias perspectivas. De cualquier forma, hay un aspecto que lo hace aún más interesante, aspecto que nos abre la puerta a unas cuantas preguntas más profundas. Se trata de los Rollos del Mar Muerto, los rollos encontrados accidentalmente en las cuevas de Qumran en 1946 por un joven pastor y escritos por la secta de los esenios entre el segundo siglo antes de la era común hasta el primer siglo de la era común.
Antes de seguir, un paréntesis en este recorrido. Hace unos veinte años me encontré con el dato curioso que para muchos judíos laicos la existencia de los Rollos del Mar Muerto le dió un giro a la biblia; específicamente, a su veracidad. De ser un cuento de hadas, pasó a ser una historia absolutamente verdadera. De hecho, la información llegó a mí bajo la forma de anécdota histórica de un rabino, abuelo de un muy apreciado colega, quien dejó de ser futbolista para estudiar Torá gracias a dicho accidente arqueológico. Tomaremos este último punto como un aspecto fundamental en la importancia de los Rollos del Mar Muerto para la validación del Tanaj.
He aquí el dato interesante, entre los múltiples rollos encontrados en arameo, hebreo y griego, todos pertenecientes al Tanaj (cabe anotar que hay otros textos que tampoco pertenecen al Tanaj) aparecieron unos cuantos rollos del Libro de Enoc, un libro que no está incluido en el Tanaj actual judío. En total, 23 libros del Tanaj aparecen entre los diferentes rollos; bueno, ...y el Libro de Enoc. Pero si nuestro Tanaj consta de 24 libros; entonces, ¿cuál libro del Tanaj no aparece en los rollos de las cuevas de Qumran? La respuesta: Su majestad Ester. El libro de Ester no aparece en ninguno de los rollos, no hay ni siquiera un versículo en ninguna parte que sugiera la existencia de la reina Ester, de Mordejai, ni del milagro que salvó a los judíos de las malvadas manos de Hamán. Pero ¿acaso esto quiere decir que la reina Ester y los eventos de Purim nunca sucedieron? O, ¿acaso será posible que este hallazgo quiere decir que en lugar de Ester deberíamos tener Enoc?
Ni lo uno ni lo otro. Sin lugar a dudas, el libro de Enoc tiene sus fallas celestiales; sobre todo en su escritura, donde a simple vista se nota que hay más de un escritor moderno relatando los hechos, lo cual implica una escritura moderna de varios autores y no la del abuelo de Noaj. Además; si a Enoc se lo llevó Dios por siempre antes del Diluvio, ¿cómo pudo escribir su libro y traerlo de regreso a la tierra siglos después? Y en última instancia, ¿a quién se lo entregó para que lo llevara al Sanhedrin?
La verdad sea dicha, por el momento no sabemos si alguno de ambos hechos, la historia de Ester o la de Enoc, tienen un ancla histórica verificable. Hay teorías que intentan poner a Ester como tal o cual reina en equis imperio; así mismo, hay teorías que pretenden desbancar la historia de Purim en su totalidad bajo similares análisis. Igualmente pasa con Enoc, cosa que deja el asunto en el campo de la fe para establecer su veracidad y legalidad... Y eso; eso es cuestión individual, por lo menos cuando hablamos de la necesidad de tener una certeza histórica de un evento milagroso.
Si bien algunos historiadores y arqueólogos han producido teorías por las cuales el libro de Ester no se encuentra entre los rollos, ellas resultan insatisfactorias tanto desde la perspectiva histórica como religiosa. A mi criterio personal, nunca sabremos la verdad por la cual el libro de Ester no está entre los Rollos del Mar Muerto. Teorizo que pudo ser una forma de protesta silenciosa por parte de los esenios, sin llegar a convertirse en saduceos, frente al exceso del Sanhedrin con sus decretos.
He aquí mi análisis: De acuerdo con nuestra tradición oral, Ester, la Meguilá de Ester, es el paradigma de cómo el Sanhedrin escogía los libros del Tanaj. En el preescolar de toda Yeshivá esto se enseña como punto final de aprobación sagrada cuando de la selección de libros para nuestro Tanaj se trata. El asunto funcionaba de la siguiente manera, para el Sanhedrin poder establecer si un libro era sagrado o no y por consiguiente poder pertenecer a nuestro Tanaj era necesario que cumpliera ciertos requisitos; a saber, que el título del libro se encontrará dentro de la Torá y que el Pasuk donde se encuentra el título del libro aludiera a la historia milagrosa relatada.
En el caso del libro de Ester, la Torá en Devarim dice: “Ester HaPanim (...)”, esconderé Mi rostro. El título del libro aparece en la Torá y el Pasuk anuncia que Dios esconderá su rostro entre nosotros, el milagro de Purim es un milagro donde la cara de Dios está escondida y por ello los disfraces de Purim. Paradójicamente, el Libro de Enoc cumple con esos mismos requisitos. El título del libro está en Bereshit y el Pasuk relata que Dios se lo llevó a los cielos por siempre, temática que el libro en sí amplifica. De cualquier manera, se escogió uno y no el otro.
Razones de poder político, poder religioso o verdad religiosa, todo cae en pura especulación; sin embargo, el haber escogido el libro de Ester como paradigma de la selección de los libros del Tanaj queda entre cejas cuando ese es precisamente el único libro que no se encuentra entre los Rollos del Mar Muerto.
Algo queda claro aquí, la inclusión del libro de Ester, bajo las líneas ya mencionadas, con sus respectivas leyes dentro de nuestro calendario de festividades establece e impone de entrada sobre el pueblo judío la veracidad de los decretos rabínicos como mandatos verdaderos directos de Dios. Enoc no celebra ningún milagro, no hay recompensa alguna más que la salvación para el mundo por venir no tiene fecha en el calendario para celebrar ni leyes a seguir para conmemorar su existencia. En último análisis, es un libro que no da ningún atributo supremo a los dictámenes rabínicos y en cambio presenta un mundo pre-diluvio corrupto y un mundo futuro apocalíptico. ¿Pudo ser esta la razón por la cual prevaleciera uno y no otro? Nuevamente, en este caso todas son teorías y esta no es sino una más que se agrega al listado para ser devorada por quien quiera...
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