"Anyu" - La Era Comunista, 1948 a 1957 - Parte X
NUESTRA VIDA COTIDIANA
Por Anamaria Goldstein
Como comenté anteriormente, en la fronteraoccidental las grandespotencias se habían repartidoa Austria. Para llegar a la parte de Austria ocupada por los rusos, el EjércitoRojo tenía que atravesar Hungría. Esto servía de disculpa para tener alrededor de un millón y medio de soldados rusos en territorio húngaro (años después este número fue reducido a medio millón). Así fue como lentamente se fue imponiendo el Comunismo en el país. Además, la Unión Soviética no tenía suficiente comida para sus ciudadanos. Debía mantener, alimentary alojar a toda la tropa y Hungría era un quedadero excelente que cubría esas necesidades. Gozábamos también de convenios especiales: mandábamos alimentos y ellos en reciprocidad nos enviaban al grupo de baile Moiseiev. Sus oficiales tenían todas las prerrogativas de los conquistadores: almacenes especiales donde podían adquirir artículos que los demás sólo podíamos soñar; sus mujeres se pavoneaban en pieles, se maquillaban exageradamente y usaban vestidos de colores chillones; los oficiales parecían árboles de navidad porque de sus pechos colgaban hileras de condecoraciones. Su manera ostentosa de vivir despertaba el desprecio y el odio de toda la población. En 1948 se impusofinalmente el Comunismo con Rakosi y de la mano llegótambién la estabilidad de la moneday algo de orden civil. Pero llegaron tambiénlas banderas y las estrellasrojas, que se veían por todas partes;los retratos de los cuatro grandes: Marx, Engels, Lenin y Stalin, a los que después se agregó el de Rakosi. Llegó el entusiasmo forzado, los desfiles del Primero de Mayo, la dictadura del proletariado, los planes trienalesy quinquenales que siempre se cumplían al 180 ó 230%; nos enseñaban sobre la vida de Stajanov, el héroe ejemplar, símbolo de la nueva clase, orgulloso trabajador industrial que siempre cumplíaal 253% cuando no al 311% la meta mensual. Nos adoctrinaban en la idea de que todo había sido descubierto por los soviéticos, o específicamente por los rusos Michurin y Lisenko en agricultura y Popov en las ciencias; nosotros todo lo volvíamos burla.
Nos enseñaron a dar aplausosrítmicos cada vez que se mencionaba el nombre de cualquiera de estos lídereso del Glorioso Ejército Rojo; debíamos pararnos delirantes de entusiasmo cuando se mencionaba a Stalin. De las odas e himnos para exaltarlo, nada más característico que la Cantata “La Luz se Expande” de Kadosa Pál, donde 93 de las 221 pala- bras de todo el texto no son más que la letra cantada o gritada del nombre de Stalin. (Me acuerdo ahora de un chiste de esa época: ¿cuál fue la obra galardonada del concurso de esculturas en memoria de Pushkin? –Una enorme estatua de Stalin, leyendo un pequeño libro del poeta.) Desde esa época me repugna el aplauso rítmico por más entusiasmada que esté ya sea en un lindoconcierto o en una buena representación teatral.También llegaronlos controles y un mar de certificados obligatorios. Era necesario documentar lo que se hizo en la preguerra. Como ejemplo, el certificado del periodista Jak Sandor. Dice así:
El suscrito Jak Sandor, periodista, domiciliado en Beregszasz, certifíco que Hausman Erzsebet dió varios conciertos entre los años 1930 - 1940 en esta ciudad. A estos conciertos he asistido como periodista y crítico y certifico la extraordinaria calidad artística de ellos. También certifico que por la misma época he escuchado en numerosas ocasiones conciertos de Hausman Erzsebet transmitidos por la Radio de Pozsony (Bratislava) y de Kassa (Kosice)
Llegó la censura y todas las cartas iban y venían abiertas y leídas.
Nos perseguían los retratos de los nuevos héroes. Un día, un cliente de papá y pintor de algún renombre, en pago por un caso, le trajo un óleo de Rakosi, nuestro Stalin.
No soportábamos verlo en casa, queríamos colgarlo, pero patas arriba o volteado contra la pared. La solución fue regalarlo al colegio; de paso, gracias a esto la cansona profesorade quien hablaréluego no me volvió a molestar. Tendría yo unos diez u once años cuandopresencié unas “elecciones”. Me llamó la atención cómo se desarrollaban. Todo era secreto: la lista que tenían en las manoslos electores, las cabinas dondese depositaban los votos, supongo que también el conteo. Pero lo que sorprendía era que no había sino una sola lista. Le pregunté a mamá en qué consistía la dichosa “elección”, palabra que contiene la idea de elegir de entre por lo menos dos. Ella miró alrededor, preocupada de que alguien me hubiera escuchado ese comentario.
Después de las nacionalizaciones (1949) como las que sufrieron el marido de mi tía Judith y mi tío Laci, vinieron los destierros y el decreto que determinaba los metros cuadrados a los que tenía derecho cada ciudadano para vivir. La tía Szeren, en realidad una tía de mamá vivía a una cuadra del Parlamento en un apartamento lujoso. Era ya de edad y vivía sola porque le mataron al marido, a las hijas y al hijo en el Holocausto. Ahora, ella debía recogerse a una habitación y compartir el resto. Mamá consiguió que una señora conocida se pasara a vivir allá junto con la hija y así evitar que desconocidos se metieran a compartirlo todo. A cambio de la vivienda, estos nuevos inquilinos se comprometieron a cuidar de la tía, cocinarle, hacer las compras y a estar pendientes de las medicinas. La joven se enamoró, se casó, el marido también se pasó a vivir allá, tuvieron un hijo. Todo eso ocurrió en la alcoba de la tía, quien se desplazó a vivir en el estudio del marido. Poco después enviaron a otra señora con su hija solterona a ocupar otra habitación y finalmente también apareció un señor para vivir en el cuarto de servicio. Todos usaban los mueblesy la dotación de la tía, que poco a poco iba desapareciendo. Cada uno se sentía propietario de las cosas de la anciana. Lo más cruel era tenerque compartir la cocina y un solo baño. Afortunadamente, en Hungría el sanitario siempre está en cuarto aparte.
Aunque a mí me lo parecía, la tía no era anciana, ahora caigo en cuenta que en realidad sólo tenía unos 68 años. A mis 63 años, es cuandopondero las edadesque tuvieron mis familiares cuando los asesinaron: mi abuelo Erno 63, mi abuela Etka 59, el abuelo Miksa 75, su esposa 72, el tío Imre 40, Olika 38, su esposo 45, las hijas 11 y 14. El hijo de la tía Szeren 16 y sus hijas estaban en sus treintas.
Uno de los inventosde los comunistas fue la exigencia de escribir eletrajz o autobiografías. Estasno solo debían cubrir a la persona misma, sino la vida y ocupación de toda su familia, de sus padres, hermanos y amigos, incluso si habían muerto ya. Casi todo el mundo tuvo que ingeniarse su propia historia. Había que decir la verdad, parcialmente, por miedo a que lo descubrieran, pero siempre quedaba la necesidad de maquillarla y reinventársela. Así fue como mi abuelo Hausman pasó a ser dueño de una pequeña tienda en Ucrania, algo políticamente más aceptable y no el gran importador y mayorista de artículos como café, té, cocoa, chocolate y especias traídas de Lejano Oriente, además de arenques y sardinastraídas del Báltico.Mi otro abuelo Weisz, por ejemplo,figuraba ahora como un simplecampesino. En realidad, había estudiado agronomíaen la Universidad de Kolozsvary se había dedicado a los cultivos de tabaco, trigo, cebada, vid y a la ganadería en latifundios heredados (ambos, términos muy capitalistas) de su papá y suegro, los cuales mantuvo hasta que quebró con el crash de1929. En la década de los 30’s pasó a comercializar estos mismos artículos que ahoraeran producidos por la pequeña nobleza húngara. Como la mayoría de sus terrenos, junto con las fichas ca- tastrales, quedaron del lado eslovaco después de la guerra, no temían ser descubiertos por las autorida- des. Mis padres se pasaban noches enteras puliendo estas biografías ya que era usual que en cualquier momento tanto la policía como los supervisores en los puestos de trabajo pudieran preguntar por datos específicos. Todo debía encajar, lo que decíapapá, o mamá, fechas, datos, números, cualquier cosa. Las contradicciones servían de argumento para afirmar que eran enemigos de la sociedad y eso se pagaba muy caro. Estas son algunas de las preguntas que durante los años cincuenta debíamos contestar en las famosas autobiografías. La relación la extraje parcialmente de un documento que encontré entre los papeles de papá.Cuatro páginas con cincuenta y cuatro preguntas, pero por la enumeración pude deducir que fácil- mente hacen falta otras tantas que se habránperdido. Anoto apenas los más relevantes. (Las anotaciones resaltadas son mías.) 1. Apellido. Si anteriormente tuvo otro, indicarlo junto con la fecha de cambio. 2. Profesión original: trabajador industrial, de la pequeña industria, proletario agrario, campesino con menos de siete fanegadas de tierra, terrateniente, empre sario, intelectual, intelectual nuevo (sic), técnico, pequeña industria, comer- ciante, empleado de oficina,otro tipo de empleado, ayudantede oficina, portero. Categorizar este último oficio tenía una razón especial que creo poder explicar: los porteros en Hungría y pienso que en toda Europa eran soplones bajo cualquier régimen, los que estaban enterados de todo, sabían quiénes recibían visitas de quiénes y cuánto tiempo duraban, si llevaban o traían algo. La policía secreta siempre los contactaba o los reclutaba, fascistas o comunistas por igual. 3. Profesión después de la liberación. 4. Origen (se debe contestar según la enumeración de la pregunta 2). 5. ¿Pertenece al Partido Comunista Húngaro? ¿Desde cuándo? ¿Pertenece al Partido Socialista Húngaro? ¿Desde cuándo? ¿Pertenece al Partido Demócrata Húngaro? ¿Desde cuándo? ¿Ha sido expulsado del Partido? ¿Por qué razón? ¿A qué otros Partidos ha pertenecido? 6. Ocupación de los padres. Estado financiero de los padres. 7. Ocupación del cónyuge y del cónyuge anterior, si da a lugar. Tiempo de convivencia. Nombres de hijos, profesión, partido al que pertenecen. Nombre de hermaños, profesión, partido al que pertenecen. Nombre de los padres y anterior profesión, estado financiero antes de la liberación (tierra, casa, em presa, industria). 8. ¿Desde cuándo es miembro del Partido Comunista o del Partido Socialista, o del Partido Demócrata? ¿Se está postulando actualmente a alguno? 9. ¿De que otro partido fue miembro alguna vez? 10. Situación militar suya. Situación militar de sus parientes antes de la liberación (policía, policía rural, militar, si recibió después de la liberación distinción militar alguna, fue militar que sirvió mayor tiempo de lo requerido antes de la liberación, grado de oficialidad) esto último sería un punto negativo. 11. ¿Quién de sus parientes ha sido condenado y por qué? 12. ¿A que partido de derecha ha pertenecido? 13. ¿En su familia o entre sus amigos existen o han habido personas que hayan sido expulsadas del partido? Razón. 14. De su familia, ¿alguien ha ido alguna vez Occidente, y por qué razón? Implicaba la posibilidad de haber sido reclutado allí para espiar. 15. De sus parientes, ¿quién permanece actualmente en el exterior y desde cuándo? Posible contacto para espionaje. 16. ¿Habla otro idioma? y a qué nivel? no les interesaba el grado de cultura, el conocer idiomas inmediatamente convertía a la persona en posible espía. 17. Lugares donde trabajó desde 1938. 18. ¿Tiene o tuvo alguna vez propiedad raíz, tierra, almacén, industria, inversiones en la bolsa, etc.? 19. ¿Cómo obtuvo sus bienes, por herencia o por propio esfuerzo? 20. ¿Estuvo alguna vez en el exterior? ¿De qué fecha a que fecha? ¿Dónde? ¿Motivo? posibilidad de haber sido enganchado para espiar.
Traduccion del censo de 1897 Propiedades agrícolas
Weisz Simon (mi bisabuelo)
Departamento: Nograd
Terras que comprende:
Tierra arable 217 kat hold
Frutales 3 kat hold
Pradera 40 kat hold
Viñedos 20 kat hold
Para pastoreo 67 kat hold
Bosque 162 kat hold
Tierra que no paga impuesto 10 kat hold TOTAL 519 kat hold
Que equivale a 298.6 Hectareas,
(un kat hold equivale a 0.754 Hectareas)
En cuantos municipios3Número de servidumbre31Máquinas utilizadas: Tractores
2Malacate 1
Desgranadoras 2
Aventadoras 2
Arados 13
Clasificador 1
Cotrapajas 2
Rastrillos 6
Tambores 2
Carretas de caballo 14
Ganado vacuno 37
Caballos 11
Ovejas 800
Cerdos 52
(para alimento de la servidumbre)
Entre 1948 y 1955 se prohibió tener relaciones con gente en Occidente bajo amenaza de volverse sospechoso de ser espía. Como lo comenté,las cartas llegaban abiertas y sabíamos que habían pasado por la censura. Por lo tanto, habíamos desarrollado una forma de escribir que no despertara sospechas y que sólo nosotros lo entendíamos, o por lo menos eso creíamos. Papá no pudo mantener con- tacto con el hijo de su primer matrimonio, mi hermano Peter, quien había emigrado con su mamá a los Estados Unidos antes de la guerra. Peter vino de visita a Hungría en 1947, poco antes de la toma del poder comunista y papá no lo volvió a ver sino catorce años después. Peter y su madre vivían en Nueva York, cuna de los “imperialistas”, que “chupaban la sangre de los trabajadores”. Por ende, eran unos “capitalistas y explotadores”. Sólo nos escribíamos con mi tía Judith, quien para ese entonces ya vivía en Colombia, país neutral. Una vez nos llegó un paquete de ella; dentro, en un saco de hombre, encontramos un billete de cinco pesos colombianos. Quedamos petrificados. Nos preguntábamos qué debíamos hacer. Si las autoridades se habían dado cuenta querrían saber nuestrareacción, de ser así era mejor declararlo y entregarlo, pero si no se habíandado cuenta y lo declarábamos podían pensar que había más y sólo estábamos declarando una parte. Así que después de deliberar durante dos días, mamá resolvió echarlo a la chimenea.
Fueron años en que para todo debíamos hacer cola. Era tan irracional, que se hacíauna cola para pedir un artículo en el almacén, después se hacía otra para pagarloy una tercera para recogerlo. Pero dentro del mismo almacén,para comprar otra cosa en otra sección, se repetía la tortura, dentro del mejor concepto comunistade la eficiencia que siguió hasta el final del régimen en mayor o menor grado. Muchas veces pasaba que cuando a uno le llegaba el turno, lo que quería comprar ya se había acabado.Todo el mundo andabacon bolso o talego para tener en qué cargarla compra. No se sabía que se podía conseguir o donde y como chequera no se usaba, todo el mundo cargaba efectivo.
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