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Foto del escritorJack Goldstein

Yom Kipur y Kol Nidre

Por David A. Rosenthal



“En la historia judía no hay coincidencias”. – Elie Wiesel.

El “Día de la Expiación” o Yom Kipur, es el día más sagrado del calendario hebreo. Su importancia radica en la palabra “perdón”, pues sin perdón no hay expiación, ni siquiera arrepentimiento. Además, perdonar, viene del latín “per donare”, es decir, “para dar”. En consecuencia, para poder dar, hay que haber perdonado antes. Del mismo modo, el prefijo “per” significa completitud y “donare” regalar, así que perdonar es un acto de completa dádiva.


En Yom Kippur está prohibido comer, beber, bañarse y utilizar joyería; también, ungirse con aceites, cremas o bálsamos, está prohibido. Asimismo, tener relaciones íntimas y utilizar cuero (considerado como lujo) está vetado. En cambio, se acostumbra a vestirse todo de blanco, como símil del hombre a un ángel. De hecho, los judíos sefardíes llaman a esta fecha «el ayuno blanco».


Ahora bien, el Kol Nidre, es una oración-declaración bastante particular que evoca la historia de persecución que el pueblo judío ha tenido que afrontar durante su extendido exilio a través de la historia, y en específico de esa persecución religiosa que obligó a cientos de miles a conversiones forzosas, sobre todo, al catolicismo. Pues bien, esta declaración de apertura del día más sagrado está enfocada en romper las promesas hechas de forma involuntaria para el año que viene, con respecto al año que recién comienza según el calendario hebreo.


Kol Nidre que significa “todos los votos” está escrito en arameo y se remontaría al medioevo español visigodo, sin embargo, podría datar de mucho antes, y sería la época del exilio babilónico, cuando el reino de Judá fue deportado al otrora gran Imperio.


Israel en el exilio y sus tribulaciones, pueden transportar a cualquier lector inexperto en el tema, o simple curioso, a todo tipo de escenarios, uno de ellos, la Inquisición, y de cómo incontables personas fueron obligadas a abandonar su religión, so pena de muerte. Asimismo, en la actualidad, los hijos de los “forzados” (Bnei Anusim) han venido retornando a la fe de sus abuelos, o por lo menos, cayendo en cuenta de su verdadero origen.


Yom Kipur y el Kol Nidre, es una demostración más de la tenacidad del pueblo judío y de la capacidad resiliente que le caracteriza. El perdón es un elemento clave para el perfeccionamiento, pues es una constante, ya que el hombre siempre se encuentra acechado por el pecado y la mala inclinación. Y, la anulación de promesas que se hicieron por obligación, pero también la anulación de los decretos negativos que puedan aguardar a la persona, son una nueva oportunidad de vida.


Sin embargo, el perdón no es dado de por sí solo, si el ofendido no ha perdonado. Y, las promesas incumplidas, seguirán sumando como pecado cuando fue a otro a quien se le prometió y no se le cumplió. Por lo que, en la relación de Dios-hombre podría haber absolución, siempre y cuando exista perdón y sentimiento de culpa, también expiación y arrepentimiento. No obstante, la relación hombre-hombre debe ser remediada o saldada entre los mismos, ya que ni lo divino se hará cargo de esa deuda, que, si bien puede ser impersonal o subjetiva, es un asunto de este mundo.

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